Guillermina Cavallera, madre de un niño de 9 años con hidrocefalia severa y autismo, atraviesa una situación crítica: la falta de entrega oportuna de la medicación vital para su hijo por parte de la obra social. La problemática se arrastra desde mayo y, según su relato, se ha convertido en una angustiante «pelota» de culpas entre la Obra Social de los Empleados Públicos de Entre Ríos (OSER) y la droguería.
La entrevista realizada por Sergio Fischer puso de manifiesto no solo la lucha personal de Guillermina, sino también una preocupación más amplia sobre el funcionamiento del sistema de salud provincial.
El Cannabis Medicinal, un Calvario de $90.000 Semanales
El principal problema actual de Cavallera radica en el suministro de la medicación a base de cannabis, uno de los varios anticonvulsivos que toma su hijo para controlar sus crisis y episodios severos de ansiedad.
«Un frasco me dura quince días,» relató Guillermina. La madre se ve obligada a comprar un frasco de 30 ml (que le dura solo seis días) a un costo de aproximadamente $90.000, incluso con un 40% de descuento.
La obra social le autorizó de forma «excepcional» un frasco para cubrir la demora, pero este sigue sin llegar. Al consultar, las respuestas son contradictorias:
OSER: Alega que el problema es de la droguería.
Droguería del Sur (Santo Tomé): Responde que no reciben la aprobación del laboratorio y, más importante aún, que la obra social no les está abonando la medicación para poder enviarla.
«Se están pasando la pelota, por así decirlo, la culpa entre todos,» lamentó Cavallera, añadiendo que desde la droguería han dejado de atender sus llamadas al identificar su nombre.
Renovación Anual vs. Trabas Burocráticas
La madre recordó que, desde que su hijo tenía 8 meses, ha tenido que recurrir a abogados e incluso a amparos judiciales para conseguir insumos caros y urgentes, como la colocación de la válvula específica y un estimulador vagal.
La situación actual se agrava porque, a pesar de tener la medicación aprobada hasta marzo del año siguiente, la obra social decidió «sacar todo y [me] renuevan todo» para noviembre, obligándola a esperar una nueva aprobación que, según su experiencia, puede demorar y dejar a su hijo sin tratamiento.
Además de las dificultades con la medicación, Cavallera denunció que el problema se extiende a la atención profesional: «No le están pagando a los profesionales, por eso los profesionales no renuevan.» Esto afecta las terapias esenciales de estimulación, hipoterapia, psicología y fonoaudiología que requiere su hijo.
Un Agradecimiento a la Comunidad y una Denuncia Grave
En medio de la desesperación, Guillermina agradeció el apoyo de su comunidad. «Tengo que agradecer a la Municipalidad de Seguí, que me dio un frasco ahora para poder quedarme tranquila el día lunes,» comentó, destacando la respuesta inmediata del municipio.
Finalmente, la madre elevó una grave denuncia que trasciende su caso particular:
«Hice de muchos casos que me llamaron de un gremio, de varios gremios, y me llamó una abogada también, para comentar y así sumar mi caso al de ellos… están impidiendo tratamientos oncológicos, tratamientos de insulina, que eso no se negocia, me parece.»
Guillermina Cavallera concluyó su dramático testimonio pidiendo que se resuelva la situación, señalando que «están jugando con la vida de las personas» al retrasar medicamentos de uso crónico y vital.
