Con 46 votos a favor, el oficialismo obtuvo su primera ley de presupuesto. La clave estuvo en el apoyo de los gobernadores Jaldo, Jalil y Sáenz, sumado a un intenso movimiento de partidas del Tesoro hacia los distritos aliados.
En una jornada maratónica de 10 horas de debate, La Libertad Avanza (LLA) logró un triunfo político estratégico: la sanción definitiva del primer presupuesto de la gestión de Javier Milei. El resultado —46 votos afirmativos, 25 en contra y una abstención— no solo refleja una victoria numérica, sino también el éxito de una táctica de fragmentación sobre la oposición y una aceitada negociación con el «peronismo dialoguista».
La fractura del bloque opositor y los votos clave
Para compensar la fuga de tres senadores de la UCR (Maximiliano Abad, Flavio Fama y Daniel Kroneberger), quienes rechazaron el polémico artículo 30 sobre recortes en educación, el oficialismo logró quebrar la unidad del interbloque peronista.
Los senadores Guillermo Andrada (Catamarca), Sandra Mendoza (Tucumán) y Carolina Moisés (Jujuy), alineados con los gobernadores Raúl Jalil, Osvaldo Jaldo y Gustavo Sáenz respectivamente, aportaron sus voluntades para blindar el proyecto. A este grupo se sumaron figuras como Camau Espínola y Beatriz Ávila, además de la salteña Flavia Royón, quien votó a favor del capítulo educativo por instrucción directa de su gobernador, a pesar de sus reservas iniciales.
Negociaciones «en efectivo»: El rol de los ATN
Detrás de los discursos en el recinto, la Casa Rosada operó con la caja del Estado para asegurar las lealtades. Según datos de la ejecución presupuestaria, el Gobierno agilizó el giro de Aportes del Tesoro de la Nación (ATN) y fondos por compensación del Consenso Fiscal.
El «goteo» de fondos se intensificó en los días previos a la sesión, superando con creces los promedios mensuales habituales:
Salta: Recibió $17.084 millones.
Chaco: Obtuvo $14.428 millones (casi el doble de su promedio mensual).
Mendoza: $13.689 millones.
Misiones: $13.388 millones.
Este flujo de recursos fue interpretado en los pasillos del Congreso como la moneda de cambio necesaria para que los gobernadores instruyeran a sus legisladores a evitar cualquier modificación que obligara a devolver la ley a la Cámara de Diputados.
El «búnker» de Patricia Bullrich y el cierre del debate
La tensión se mantuvo hasta el último minuto. Mientras el ministro Luis Caputo seguía con preocupación el frente financiero, un equipo de negociadores integrado por Santiago Caputo, Diego Santilli, Martín Menem y «Lule» Menem se instaló en el despacho de Patricia Bullrich. Desde allí, monitorearon cada voto para evitar que el rechazo al recorte en Ciencia y Educación (Art. 30) hiciera caer el esquema oficialista.
El cierre estuvo a cargo de la propia Bullrich, quien en su rol de presidenta de bloque, defendió el ajuste con una retórica que mezcló el dogma económico con apelaciones emocionales. «Gobernar es decidir, incluso cuando duele», afirmó, tras asegurar que la pobreza se redujo a la mitad gracias a la baja de la inflación.
Con este resultado, el oficialismo logra esquivar el escenario de una prórroga presupuestaria y envía una señal de gobernabilidad a los mercados, sostenida por una nueva y heterogénea coalición de gobernadores que priorizaron la gestión de sus cajas provinciales.